domingo, 6 de noviembre de 2011

El otro día, no recuerdo bien dónde, escuché o leí una frase. Una frase que, a pesar de no ser excesivamente larga, dice mucho. La frase era "si educamos a los niños no hará falta castigar a los adultos".

Nada más oírla me impactó. Qué razón tiene esa frase. Lo describe todo. Mas bien, el origen de todo. Cuando un niño es pequeño, los estímulos externos (en mayor medida) son los que van a condicionar su carácter, sus ideales, su manera de pensar.. Ese niño crecerá, y vivirá conforme a sus ideales, es decir, conforme a su educación. Si su educación a fomentado el egoísmo, el hurto, la violencia, etc.. el niño vivirá pensando en sí mismo, robará y será violento. Y además de eso, pensará que lo que hace está bien, porque éticamente se lo han enseñado así. (Recordad el video publicado en este mismo blog "Children see, Children do."). Pero si por el contrario la educación de este niño ha fomentado el respeto, el compañerismo, la tolerancia, etc., la cosa cambia. En ese caso el niño se convertirá en una persona más Humana.

Es por ello que pienso que la Clave de la vida está en los niños. En cómo eduquemos a nuestros pequeños. Un maltratador, es una persona que ha recibido una educación en la cual estaba bien pegarle a la gente. Una educación en la cual, si no lograba sus objetivos, la violencia lo haría por él. O al menos le desahogaría de esa impotencia por no lograrlos.

Lo mismo le pasa al ladrón, si bien es cierto (y hoy en día todavía más), que hay quien roba por necesidad. Por su familia, para que puedan comer. No es la mejor manera, pero la impotencia por ver sufrir a quien más amamos nos lleva a realizar actos que no son del todo éticos.

Esta frase me recordó una vez mas la importancia de los niños, a quien en ocasiones descuidamos, dentro de la sociedad. Ese niño un día crecerá, y lo que tú le hayas enseñado, queriendo o sin querer, será lo que luego sea él. Y esto deberían mostrarselo a los padres en el hospital. Deberían haber cursos para padres sobre cómo educar a un niño. Porque la sociedad saldría muy beneficiada.

No vamos a exterminar los hurtos, ni la violencia. Eso es una autopía. Pero sí podemos contribuír a reducirla a niveles mínimos. Sí podemos cambiar el mundo, pero no a través de nosotros, sino a través de los niños. Educándoles cómo se merecen.

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