Excelente explicación del cuerpo especular! ¿Y si la fantasía es el propio cuerpo? ¿Y si nuestro deseo es recrearlo a imagen de un cuerpo ideal que por definición es inalcanzable? Entonces se siembra la semilla de la insatisfacción infinita.
Es entonces cuando aparece la obsesión, que puede desembocar en graves situaciones de enfermedad o pérdida de identidad entre otras cosas.
Navegamos muchas veces entre las brumas de la inseguridad y si no tenemos excesivo cuidado, podemos naufragar en ellas.
No somos lo que somos por lo que exteriorizamos, sino por lo que llevamos dentro con nosotros. Y eso es algo que la gente debe comprender y valorar. La inseguridad en nosotros mismos hace que en ocasiones tengamos que dar una imagen de lo que en realidad no somos. Hace que no nos sintamos bien con nuestro cuerpo, y busquemos adecuarlo a los modelos establecidos por la sociedad. Pensamos que con eso obtendremos un mayor reconocimiento ante los demás.
En ocasiones, esa semilla de insatisfacción de la que hablas hace mella en nosotros, incrustándose en lo más profundo de nuestro ser y nos provoca para que busquemos llegar más allá, hasta ese punto en el que nuestra salud se debate entre la vida y la muerte, o hasta aquel en el que nos sentimos vacíos, a pesar de tenerlo todo, porque lo que realmente llegamos a vivir no es nuestra vida, sino una vida idealizada, falsa, que hemos creado a través de la interpretación de un papel.
Nos perdemos en esa densa niebla, que nos hace penetrar más y más en las profundidades de un mundo que no es real, pero que nosotros hemos idealizado.
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ResponderEliminarExcelente explicación del cuerpo especular! ¿Y si la fantasía es el propio cuerpo? ¿Y si nuestro deseo es recrearlo a imagen de un cuerpo ideal que por definición es inalcanzable? Entonces se siembra la semilla de la insatisfacción infinita.
ResponderEliminarHola Víctor.
ResponderEliminarEs entonces cuando aparece la obsesión, que puede desembocar en graves situaciones de enfermedad o pérdida de identidad entre otras cosas.
Navegamos muchas veces entre las brumas de la inseguridad y si no tenemos excesivo cuidado, podemos naufragar en ellas.
No somos lo que somos por lo que exteriorizamos, sino por lo que llevamos dentro con nosotros. Y eso es algo que la gente debe comprender y valorar. La inseguridad en nosotros mismos hace que en ocasiones tengamos que dar una imagen de lo que en realidad no somos. Hace que no nos sintamos bien con nuestro cuerpo, y busquemos adecuarlo a los modelos establecidos por la sociedad. Pensamos que con eso obtendremos un mayor reconocimiento ante los demás.
En ocasiones, esa semilla de insatisfacción de la que hablas hace mella en nosotros, incrustándose en lo más profundo de nuestro ser y nos provoca para que busquemos llegar más allá, hasta ese punto en el que nuestra salud se debate entre la vida y la muerte, o hasta aquel en el que nos sentimos vacíos, a pesar de tenerlo todo, porque lo que realmente llegamos a vivir no es nuestra vida, sino una vida idealizada, falsa, que hemos creado a través de la interpretación de un papel.
Nos perdemos en esa densa niebla, que nos hace penetrar más y más en las profundidades de un mundo que no es real, pero que nosotros hemos idealizado.